Emprender en el arte es hermoso, pero también solitario y confuso. Yo cometí muchos errores: querer hacerlo todo sola, subestimarme, regalar mi trabajo, no poner límites y creer que el talento era suficiente. El camino me enseñó que emprender es aprender, y que equivocarse no te hace menos artista, te hace más fuerte y más consciente.
Los errores más comunes en artistas emprendedores incluyen falta de estrategia, precios mal calculados, ausencia de marca personal, poca presencia digital, portafolios sin estructura, mala gestión del tiempo y desconocimiento del mercado. Con marketing claro, análisis del público y una visión empresarial, estos errores pueden convertirse en oportunidades de crecimiento.
Los errores no desaparecen, pero dejan de frenar.
Tu emprendimiento artístico puede crecer sin repetir los errores que otros ya cometimos.
