La primera vez que probé comida santandereana entendí por qué dicen que allí se come con carácter. Santander tiene sabores fuertes, auténticos y profundamente tradicionales. Desde sus platos campesinos hasta sus preparaciones urbanas, su gastronomía conserva esa esencia de fuerza y orgullo que tanto distingue a su gente.
En Santander encuentras recetas que han pasado de generación en generación: mute santandereano, arepas de maíz pelado, cabrito, pepitoria, dulces artesanales y muchos más. Son platos que representan historia, familia y trabajo. Su gastronomía es una de las más variadas del país y, poco a poco, ha ido tomando espacio en Medellín para que todos puedan conocerla.
Cuando llevo personas a probar comida santandereana, siempre veo sorpresa. La textura, el aroma, el toque casero… No es una cocina industrial, es una cocina emocional. Muchos visitantes terminan diciendo que fue la experiencia más inesperada del recorrido. Y es ahí donde se siente la magia: descubrir un sabor nuevo que cuenta una historia distinta.
Santander sabe a tradición y a raíz. Y ahora puedes probarlo aquí, sin viajar.
